viernes, 22 de noviembre de 2013

Musas buzas caperuzas*



Después de dos horas de caminar por corredores, tocar vitrinas, intentar leer las etiquetas con la historia de la pieza y  buscar el cuarto de baño cada vez que cambiaban de sala; mamá y niño intentan reconciliarse.

- Rubencito, ven a ver.

- No me digas, Rubencito.

- Ven a ver este.

- ¿Cuál?

- Este de aquí.

- ¿El sarcófago?

- ¿Esto es un sarcófago? … Como se llame. Mira, que padre esta.

-  ¿A ver? Sí, ya las conozco. Son las musas. Esta de la izquierda es Polimnia,  le siguen Euterpe, Talía, Calíope, y Erato. El fulano de en medio, sepa la bola. Después parece Clío, Terpsícore, Urania  y la última es Melpómene.

- ¡Que sorpresa! ¿De dónde conoces a estas señoras?  Tu profe de Historia es realmente bueno.

- No es nada. En casa tengo un juego para mi PC. Las Musas intervienen en la vida de las personas. Son chidas.

- Ven, te invito una hamburguesa.

- Ya era hora. ¿Oye “ma”? En este sarcófago no hay controles. Ni palancas y  no existía el Wi-Fi. ¿Cómo interactuaban con los jugadores?

- Ni idea.

- Tenían que ser muy buzas caperuzas.


Sergio Astorga, fotografía Sarcófago das Musas, mármol s. III-IV dc. Museu Arqueológico do Carmo, Lisboa.
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*Buzas caperuza en México significa estar atentas. Avispadas para lo que pueda suceder. Vamos: ponerse chango (listo)