sábado, 16 de noviembre de 2013

Torre Vasco de Gama


Como un gran mástil al que le corre sangre de luz roja, se eleva la Torre Vasco de Gama en el Parque de la Naciones. Se abre paso limando los nervios del aire. Abajo, el Tejo repasa su destino de rio. No hay alas, sólo la soledad del cuerpo erguido y la resurrección del vértigo. No hay puentes para la mirada y las orillas se elevan sin esfuerzo. La noche vine llegando y la vida marítima se confunde con la anarquía del hombre en tierra. A babor, un sensación lenta de alivio y brisa. Surgen recuerdos de otros adioses que tuvieron otro ríos que van al mar. El mulle verdadero está lejano y sólo la mirada puede desabotonar cada brillo de la Torre. El éxtasis del misterio es bullicioso y errante. Las aguas eternas se van confundiendo con la noche. La distancia a lo alto de la Torre, se sumerge en la boca de esa creatura que fuimos construyendo al comenzar el ascenso. Toda esa seducción se oprime en el negro horizonte. Buscamos puerto y comenzamos a descender hasta que la mirada regresa a tierra firme. Se vuelve a mirar y una avaricia, como si fuera un remo, nos vuelve a subir a ese delirio de altura y nuestro cuerpo junto a la luz roja nos gritara: “al abordaje, marineros de tierra”


Sergio Astorga: Fotografía al pie de la Torre.La torre Vasco da Gama es una torre de estructura de acero, de 145 metros de altura, construida en el Parque das Nações, en Lisboa, para la Expo '98. Fue proyectada por el arquitecto Regino Cruz.