lunes, 25 de octubre de 2010

Antonio Alatorre

Antonio Alatorre acabó de escribir el último terceto de su impecable soneto vital. El Abarrote tiene la pena abierta aún. Sabemos todos que por instrucciones expresas suyas, "no habrá velorio, ritos, ceremonias, homenajes, ni ningún otro exorcismo".
No espero violar estos deseos tan taciturnos.
No traiciono si escribo mi recuerdo.
Tenía casi trece años de edad cuando conocí al maestro Antonio Alatorre, disertando, platicando, jugando, explicando junto a Juan José Arreola:

Un soneto me manda hacer Violante,
que en mi vida me he visto en tal aprieto;
catorce versos dicen que es soneto:
burla burlando van los tres delante.

Lope de Vega, entró y no ha vuelto a salir. Antonio Alatorre tampoco.

Yo pensé que no hallara consonante
y estoy a la mitad de otro cuarteto;
mas si me veo en el primer terceto
no hay cosa en los cuartetos que me espante.

Escuchar a estos dos hombre de letras me cautivo, y después los seguí a distancia, como buen abarrotero, que llena su tienda sin conocer personalmente a sus bienhechores.

Por el primer terceto voy entrando
y parece que entré con pie derecho,
pues fin con este verso le voy dando.

Hoy hay un enorme agujero que no sé como llenar.

Ya estoy en el segundo, y aun sospecho
que voy los trece versos acabando;
contad si son catorce, y está hecho.

Antonio Alatorre, gracias maestro. Ya esta hecho.
Sergio Astorga