martes, 20 de julio de 2010

Concierto en Do sostenido mayor Opus 4 para instrumentos en negro continuo.

En la pureza estéril del sonido está inspirada esta sobresaltada composición donde las negras (notas) lubrican en compases ternarios los acordes.
Los calderones, confidentes de los silencios prolongados le dan a la participación de las cuerdas un abigarrado recordatorio de alcoba, es decir, un mutis condescendiente.
Se ha querido ver en esta obra cierta influencia del romanticismo tardío, sobre todo por la caudalosa intensidad del divertimento. Sin embargo, a esta obra debemos atribuirle una desapiadada influencia de la música incidental.
Es fácil advertir un tono dominante de tipo galante a través y a lo largo de sus movimientos, especial mente en el cuarto (movimiento).
Apegado a su estilo, el compositor advierte que la obra contiene un sustrato melódico barroco y una urdimbre literaria derivada de una historia simple de amor rural como aquellas Églogas de Garcilazo de la Vega.
No puedo dejar de participar que el piano, como instrumento dominante mantiene la tensión en escena para que los demás instrumentos giren en su entorno.

Los movimientos son:
Primer Movimiento: Allegro con intensidad lineal, con un negro continuo ligero.
Segundo Movimiento: Andante apasionado, glissando del Re al Fa sin dramatismos.
Tercer movimiento: Largo con ciertos toques recitativos por parte del primer violín.
Cuarto Movimiento: Agitado con brío, en donde el desenfreno de los negros precipita un final tremebundo.

Fuera de programa puedo adelantarles que esta obra será incluida en el nuevo repertorio de la Filarmónica Nacional de los Antojos, con sede en los Álamos.

Que la disfruten.

¡Comenzamos!
Sergio Astorga


Tinta/papel 20 x30 cm.